jueves, 25 de febrero de 2010









Y ahora busco releerte queriendo estudiarte. No quiero ya que me cuenten cuentos. Busco en ellos el trasfondo, lo que hay de tu mente puesta en las historias. Es que perdí el encanto del simple entretenimiento, estoy buscando algo más detrás de las cosas, un modo de vida, de ver, de pensar, de actuar, una nueva melodía en torno a la cuál moverse. Eso es lo que me atrae de la gente y sus historias, eso es lo que me gusta de leerte o escucharte. Ya no estoy pensando en cómo enhebras las conjugaciones olímpicamente, me gusta dejarme llevar por el olor de las habitaciones que saboreas cuando contas una y otra vez los mismos pasos que diste o creíste dar, o das en sueños. Agarro tu libro y le saco punta al lápiz, lo ojeo cuál apunte, lo subrayo. Estoy descifrando la ecuación de tu alma, que siempre da infinito sobre infinito.

Pienso en formas de darle forma a todas las formas que nos deforman y hacen de nosotros una nueva forma más interesante y abstracta, distinta a la que éramos, a la que nos quisieron moldear. Desconfio de todo el que este al servicio del moldeo de cosas, por el contrario busco y alio al que forme las nuevas formas deformes haciendo arte de lo que fue simple chatarra (chatarra material y espiritual).

No sirve que estamos siempre esperando lo lejano, lo que no se toca, ni huele, lo que no está entre nuestras manos. Maldigo el aprendizaje ese de proyectar todo fuera y lejos, de que la ausencia sea deseo, de que querer sea sufrir la falta de tu presencia carne. Tu ausencia es que estás en otra parte, nos angustia que ese otro tenga una vida aparte que se ría sin nosotros. ¿Qué tiene de noble ese amor? Le escupo en la cara a esa cursileria de porcelana que me dice que está bien que llore por vos, que esta bien que desintegre mi almohada con mi angustia mojada.

Pienso y nada nos ata, mis deseos no son los tuyos, mis anhelos tienen sus propios rumbos y tu moral le queda chica a mis habladurías. Tengo propósitos más profundos y poderosos que quedarme en ese estado estancado de vos y yo. Siempre me dije que me iba a odiar el día que me acomode lo suficiente en tu cabeza para desinteresarme del resto del mundo, desentenderme. Sin embargo soy débil y a veces fracaso. Sí, a veces me pincha en el pecho la desesperación de verte y camino sola a la noche hasta que se me pase, hasta masticarme el corazón. Y después me pregunto ¿que quiero de vos? Si acaso tenías algo realmente importante para mi o si era que el impulso de verte era deseo de tu lengua caliente en mi cuerpo que es lo único en que realmente nos entendemos, la comunión más profunda que tenemos. Si ya no estoy muy segura de tu ideología (ni de si esa ideología me incumbe) y tus proyectos de vida (o más bien la falta de) me aburren, en realidad extraño tu cuerpo y como se lleva bien con el mío y que me maltrates un poco y después -acto seguido- me des la mano. Es que mi cerebro segrega cosas sin consultarme y mi orgullo se lo reprocha.

Yo soy así, nací para cantar y ser feliz ♫

Me levanté tarde, me hice un café, me bañe. Me divierto de verme distinta. Me gusta jugar a ser de otra manera, a explorar mis yo.

Pienso que ultimamente me deje estar. Extraño mi espirítu de ir sola a los lugares, buscarme cosas para hacer, nuevos espacios interesantes que habitar. Últimamente estoy muy a la espera de otra gente para ver que hago, dependiente, esperando desesperadamente a fulanito, poder verlo, cuestionarme si me querrá ver. Voy a buscarme y reencontrarme con esa que pude armar cuando aquella otra ausencia no me dejo opción que salir a patear el empedrado.

miércoles, 24 de febrero de 2010

soy jodida

Me encantó esta canción de ENVIADA :)


Me cansé de hablar de otros, de esperarlos, de depender de OTROS.
¿Quienes son esos otros en los que quiero verme? ¿A los que busco como espejos para sentirme bien conmigo?
Hoy me miro y me hago caras en el espejo, me río de mis chistes, no espero, me muevo, bailo sola y me emborracho si quiero y me traigo a casa.